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¿Como puedo decir lo que siento sin herir ni explotar?

Responder a esta pregunta no siempre es sencillo. Expresar lo que sentimos, especialmente cuando se trata de emociones intensas como el enojo, la tristeza o la frustración, puede ser todo un desafío. Muchas veces, al no saber cómo hacerlo, terminamos guardándonos lo que nos pasa o, por el contrario, explotamos de forma impulsiva, hiriendo a otros sin intención. Sin embargo, aprender a hablar desde nuestras emociones de forma clara, sin gritar, sin culpar ni atacar, es una habilidad valiosa y transformadora. Se trata de reconocer lo que sentimos, ponerle nombre y expresarlo con respeto, tanto hacia uno mismo como hacia los demás.



Usa el lenguaje desde el "yo siento"

Una de las formas más efectivas de comunicarte de manera asertiva, sin herir ni generar conflictos innecesarios, es hablar desde tus propias emociones. En lugar de señalar lo que el otro hace mal, enfócate en cómo te sientes ante una situación. Este enfoque reduce la posibilidad de que la otra persona se ponga a la defensiva y crea un espacio más abierto al diálogo y al entendimiento.

Mal ejemplo: "Siempre me ignoras, ya me cansé."
Este tipo de frase carga con una acusación directa que puede generar enojo o rechazo en el otro, cerrando la puerta a una conversación constructiva.

Buen ejemplo: "Me siento ignorado/a cuando no respondes mis mensajes. Me gustaría que lo habláramos."
Aquí, en lugar de culpar, estás expresando una emoción personal y mostrando disposición para resolver el problema juntos. Esto no solo favorece una comunicación más empática, sino que fortalece la relación.

Además, no basta con saber hablar: aprender a escuchar afectivamente también es clave. Escuchar con atención, sin interrumpir y tratando de comprender lo que la otra persona siente, es igual de importante que saber expresar lo propio. La comunicación emocional sana se construye desde ambos lados: el que habla con respeto y el que escucha con el corazón.



Escucha activa y respeto al hablar.

La comunicación no consiste únicamente en hablar, sino también en saber escuchar. La escucha activa es una habilidad fundamental que implica prestar atención de verdad: mirar a la persona a los ojos, no interrumpirla y esforzarse por comprender su punto de vista sin juzgar. Cuando escuchamos con empatía, los vínculos se fortalecen, se evitan discusiones innecesarias y se genera un ambiente de mayor confianza y respeto.

Aprender a comunicarse con el corazón, pero también con inteligencia, puede marcar una gran diferencia en tu vida. No se trata de “hablar bonito”, sino de expresar tus ideas y emociones de forma clara, honesta y respetuosa, tanto contigo mismo como con los demás. Es un acto de amor propio y también de cuidado hacia quienes te rodean.

Te invito a poner en práctica estas herramientas durante la semana: escucha sin interrumpir, habla desde lo que sientes y comunícate con respeto. Luego, cuéntame en los comentarios cómo te fue con esta experiencia. ¡Me encantará leerte! 😀



Bibliografía:

Caballo, V. E. (2001). Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta. Siglo XXI

Goleman, D. (2006). La inteligencia emocional. Editorial Kairós

Psicología y Mente. (2023). Que es la comunicación asertiva y como mejorarla. https://www.psicologiaymente.com/comunicacion/comunicacion-asertiva

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